En cambio, Perú, donde las apuestas están permitidas, se aprobó en agosto una norma que regula este tipo de entretenimiento que busca recaudar impuestos anuales por unos 40,1 millones de dólares. “Vamos que esto no es normal, algo hubo ahí”, le dice a sus compañeros. Incluso, la Asociación Nacional del Fútbol profesional (ANFP) cerró un contrato para ponerle el nombre de una de estas plataformas al torneo de la segunda división.