Hay casos, como el de laagam, que requieren mucho tiempo de negociaciones para poder poner en marcha, por ejemplo, un sistema de producción on demand, por el que los proveedores solo fabrican las unidades que la marca haya vendido, pero no es un sistema que sea la norma en nuestro país. Esa idea de que cuanto mayores sean los pedidos (de tela o de confección) más barata sale la unidad no es nada nuevo, pero dar con el taller o la empresa adecuada para ello y poder tener un buen control sobre la calidad y el proceso de las prendas, no siempre es fácil.