El lugar en el que Audrey Hepburn se refugiaba en ‘Desayuno con diamantes’ cuando tenía un día rojo también es un sitio seguro para aquellos hombres que quieran experimentar con las joyas: hay toda una sección dedicada a ellos. Como suele suceder con muchas tendencias que empiezan en la calle (ya te sabes la teoría: no todo viene de la pasarela), los hombres que empezaron a llevar collares de perlas son aquellos que gozan del estatus como para que el «qué dirán» quede en un segundo plano.