Mi hermano decía que lo vio un día de fiesta, o al menos su coronilla, ya que como iba a rastras, llevado por dos colegas y mirando para abajo y vomitando, no pudo ver más. Ya están algunas grandes superficies, vendiendo camisetas de ánimo a la selección española; pero como buenos catetos que son, en lugar de rotular el nombre de España, han serigrafiado el de Spain; porque no hay nada peor que un ignorante que odie nuestro idioma.