Luís Arroyo Cespo, industrial panadero, fabricante de pasta alimentaria y fabricante de harina además de persona muy conocida en la ciudad, toma las riendas del club al ser proclamado presidente el 21 de junio de 1934 sustituyendo a Tomás Alonso y con él el club empieza a profesionalizarse gracias a su espíritu financiero, entrando un flujo de gran capital que permite firmar grandes jugadores y un buen entrenador que los lleva a ascender a Segunda División al término de la campaña 34/35. En la temporada 35/36 debutan en la categoría de plata vistiendo camisa amarilla con pantalón azul y siendo séptimos en su grupo, por lo que descienden a Categoría Regional.